miércoles, 9 de enero de 2008

¡Dios mio!,¡Oigo voces!....no, tranquilo..son holosonidos

Vas caminando en soledad por la calle y de repente un susurro que dice "¿Quién está ahí?...¿Quién está ahí?..." recorre tu columna y resuena en tu cabeza.... Estas en absoluta soledad pero alguien más parece que acaba de doblar la esquina mas cercana...corres hacia él y con desesperación le preguntas ¿ha oído usted eso? te responde que no ha oído nada salvo una lejana ambulancia la vez que acelera el paso dejando atrás una mente enferma que oye cosas que no existen.
Vuelves sobre tus pasos y de nuevo esa voz te atormenta, pero parece que nadie mas la oye....

No se trata de algo que me sucedió esta navidad, ni es una historia sobre un locuelo... es algo que gracias a los holosonidos sucede tal día como hoy en muchos sitios.
Antes se usaban sólo en museos y algunos lugares especiales, pero ahora han dado el salto a las calles. Consiste en un haz de ondas de sonido comprimidas que se pueden direccionar a un lugar deseado.

Este invento actúa con el sonido de modo similar al que un láser lo hace con la luz, de modo que basta con dirigir el "foco" de sonido a un lugar para que todo aquel que esté en la trayectoria pueda oírlo. Por eso nadie más lo oye salvo el sujeto que esta siendo "alumbrado".

El salto a la vía pública lo ha dado de un modo un tanto polémico. Esta empresa a puesto su novedosa tecnología al servicio de una campaña publicitaria. Es una publicidad muy efectiva como se observa en este vídeo,
pero también hace pensar sobre las libertades que tenemos ante exponernos a determinada publicidad o información. En este otro video vemos un curioso y divertido experimento de la cadena National Geographics en el que prueban el invento dentro de una biblioteca.

Quién sabe si en un futuro esta tecnología se usará para mandarnos mensajes subliminares, o para influir en nuestras conductas. Imaginemos un "foco" de estridente ruido para disolver manifestaciones sin molestar a los vecinos...u otro para molestar sólo a un vecino...

Está claro que es un buen avance y que reduce la contaminación acústica...pero ¿A qué precio?

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