Pues ya se han acabado las vacaciones, es curioso, en un post anterior decía que volvería en caso de no desaparecer antes.
Casualidad o causalidad, no sé bien que ha sido, pero casi no vuelvo...en estas vacaciones he tenido que sobrevivir a mi segundo corte de digestión, este mucho más doloroso y fulminante que el primero...espero que no sea cierto eso de que "a la tercera va la vencida".
En adelante explico algo, no por interesante, sino por ser algo que me gustaría dejar escrito.
Quizás lo único que pueda interesar sea esto, el ejercicio físico tras comer puede resultar peligroso, no me refiero al síncope de hidrocución (que también hay que evitar por cierto) me refiero al corte de digestión por ejercicio.
Terminar la digestión requiere un aporte de sangre extra que rodea el estomago, si se realiza alguna actividad fuera de la normal tras una "ingesta inusual" se corre el riesgo de que la sangre se desplace a otras zonas...con la consecuente alteración del proceso digestivo... resultado: bajada de tensión, mareo, vómitos, malestar general...en fin "cosas muy malísimas"
Al final te ves con la tensión a 80~50 mientras los calambres estomacales te hacen retorcerte de dolor en la camilla del pasillo del hospital, mientras quién pasa aparta la mirada..."soy normal, e incluso simpático (si hay confianza), no aparten la mirada, yo no quiero estar así, necesito ayuda, esto tiene arreglo ¿qué tiene de malo?"...
Enterrado en pesadas mantas notas como un chico que pretendiendo abrirte una vía para sacarte una muestra, te rompe las venas de los brazos y las manos se te duermen (vomitar "vuelve quebradizas las venas").
Los temblores te hacen perder el control mientras intentas no abrir los ojos para no tener que aceptar que no puedes ver más que oscuridad por una causa que desconoces...
Sientes frío, mucho frío, no solo en la piel, también por dentro. Los calambres y pinchazos ahora recorren tu cuerpo pero gracias a ellos y al frío dejas de pensar en tu dolor, te quedas "insensible" y ocurre algo mágico: tu mente se va a otro sitio.
La vista regresa, pero no cómo recordabas, puedes verte tumbado y hay mucha luz, ¿cómo es posible verte a ti mismo sin mirarte a un espejo? antes sentías dolor, ahora solo flotas...se oye todo cómo debajo el agua. Finalmente concluyes que es sólo tu imaginación la que te ha hecho dejar de sentir dolor, entonces regresas de tu "sueño" a la realidad, el poder de la mente otra vez...
Tras sacarte sangre, todo es peor, es una cantidad ínfima, pero saber que te falta ese poquito causa un efecto psicológico que no juega a tu favor en una situación así.
La cara de muñeco de cera blanca que se te queda debe de ser la chispa que despierte en esa enfermera experta la idea de subirte las piernas; ahora vuelves a pensar, vuelves a ti. El suero y el sedante que te entra por parenteral intravenosa hacen su efecto, el milagro de la perfusión...
Es curioso, es la primera vez que no soy dueño de mi soporte vital, es la primera vez que me veo desde fuera...nunca antes me había pasado. Pero dentro de ese pensamiento extraño, tenía otros pensamientos, pensaba en la gente que quiero, en la gente que me quiere y en estar en mi casa tranquilito, en estar en mi cama mirando al techo sin nada mejor que hacer...
No pienso en cosas que no haya hecho no pienso en algo que quiera hacer, solo pienso en no hacer nada, en no sentir nada salvo el tacto de la almohada tras el cuello, quizás sólo aspiro a eso.
"De mayor" quiero poder mirar al techo sin sentir ninguna otra obligación, estando en paz conmigo y con el resto de gente que me rodea, que al fin y al cabo también son parte de mi.
Tras una noche horrible, la mañana es algo que esperas con ansia, ver que todo pudo ser como un mal sueño, sentir que tienes una oportunidad nueva para escribir en la libreta de la vida...
Abres la ventana tras descubrir que puedes volver a andar y el vaho que empaña los cristales deja entrever los primeros rayos de sol, ese sol que nunca ha dejado de brillar, ese sol que tan solo se despidió para salir a dar una vuelta...entonces haces la foto a ese nuevo día, el primero del resto de tu vida...
Al final, "después de la tormenta siempre llega la calma", como dijo aquel gran artista y se ve todo con distinto cristal...
Aquí acaba el rollo más grande jamás contado en este blog...quizás nadie lo lea...pero también me ayudó a que me dejara de doler el pensar que podría contarlo por aquí al pasar todo... es por ello que he tenido que escribir todo esto.
Casualidad o causalidad, no sé bien que ha sido, pero casi no vuelvo...en estas vacaciones he tenido que sobrevivir a mi segundo corte de digestión, este mucho más doloroso y fulminante que el primero...espero que no sea cierto eso de que "a la tercera va la vencida".
En adelante explico algo, no por interesante, sino por ser algo que me gustaría dejar escrito.
Quizás lo único que pueda interesar sea esto, el ejercicio físico tras comer puede resultar peligroso, no me refiero al síncope de hidrocución (que también hay que evitar por cierto) me refiero al corte de digestión por ejercicio.
Terminar la digestión requiere un aporte de sangre extra que rodea el estomago, si se realiza alguna actividad fuera de la normal tras una "ingesta inusual" se corre el riesgo de que la sangre se desplace a otras zonas...con la consecuente alteración del proceso digestivo... resultado: bajada de tensión, mareo, vómitos, malestar general...en fin "cosas muy malísimas"
Al final te ves con la tensión a 80~50 mientras los calambres estomacales te hacen retorcerte de dolor en la camilla del pasillo del hospital, mientras quién pasa aparta la mirada..."soy normal, e incluso simpático (si hay confianza), no aparten la mirada, yo no quiero estar así, necesito ayuda, esto tiene arreglo ¿qué tiene de malo?"...
Enterrado en pesadas mantas notas como un chico que pretendiendo abrirte una vía para sacarte una muestra, te rompe las venas de los brazos y las manos se te duermen (vomitar "vuelve quebradizas las venas").
Los temblores te hacen perder el control mientras intentas no abrir los ojos para no tener que aceptar que no puedes ver más que oscuridad por una causa que desconoces...
Sientes frío, mucho frío, no solo en la piel, también por dentro. Los calambres y pinchazos ahora recorren tu cuerpo pero gracias a ellos y al frío dejas de pensar en tu dolor, te quedas "insensible" y ocurre algo mágico: tu mente se va a otro sitio.
La vista regresa, pero no cómo recordabas, puedes verte tumbado y hay mucha luz, ¿cómo es posible verte a ti mismo sin mirarte a un espejo? antes sentías dolor, ahora solo flotas...se oye todo cómo debajo el agua. Finalmente concluyes que es sólo tu imaginación la que te ha hecho dejar de sentir dolor, entonces regresas de tu "sueño" a la realidad, el poder de la mente otra vez...
Tras sacarte sangre, todo es peor, es una cantidad ínfima, pero saber que te falta ese poquito causa un efecto psicológico que no juega a tu favor en una situación así.
La cara de muñeco de cera blanca que se te queda debe de ser la chispa que despierte en esa enfermera experta la idea de subirte las piernas; ahora vuelves a pensar, vuelves a ti. El suero y el sedante que te entra por parenteral intravenosa hacen su efecto, el milagro de la perfusión...
Es curioso, es la primera vez que no soy dueño de mi soporte vital, es la primera vez que me veo desde fuera...nunca antes me había pasado. Pero dentro de ese pensamiento extraño, tenía otros pensamientos, pensaba en la gente que quiero, en la gente que me quiere y en estar en mi casa tranquilito, en estar en mi cama mirando al techo sin nada mejor que hacer...
No pienso en cosas que no haya hecho no pienso en algo que quiera hacer, solo pienso en no hacer nada, en no sentir nada salvo el tacto de la almohada tras el cuello, quizás sólo aspiro a eso.
"De mayor" quiero poder mirar al techo sin sentir ninguna otra obligación, estando en paz conmigo y con el resto de gente que me rodea, que al fin y al cabo también son parte de mi.
Tras una noche horrible, la mañana es algo que esperas con ansia, ver que todo pudo ser como un mal sueño, sentir que tienes una oportunidad nueva para escribir en la libreta de la vida...
Abres la ventana tras descubrir que puedes volver a andar y el vaho que empaña los cristales deja entrever los primeros rayos de sol, ese sol que nunca ha dejado de brillar, ese sol que tan solo se despidió para salir a dar una vuelta...entonces haces la foto a ese nuevo día, el primero del resto de tu vida...
Al final, "después de la tormenta siempre llega la calma", como dijo aquel gran artista y se ve todo con distinto cristal...
Aquí acaba el rollo más grande jamás contado en este blog...quizás nadie lo lea...pero también me ayudó a que me dejara de doler el pensar que podría contarlo por aquí al pasar todo... es por ello que he tenido que escribir todo esto.
"Y el cielo se iluminó con su sonrisa...las estrellas parecían brillar más....aún recuerdo el fulgor de su mirada...sus palabras no olvidaré jamás..."
1 comentario:
Siempre es bueno purgar, sacarlo todo, como decís lo lean o no...pero alguien lo leyó y esperó que estés mejor...
Al final cuál fue el diagnóstico??
Ahora a disfrutar de cada día como lo escribiste, desde al primero en el que renacés y los que le siguen...
Saludos
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